viernes, julio 21, 2006

Love Parade

Berlín, 15 de julio de 2006

Otra muesca más en mi revolver. Otra cosa tachada de la lista de cosas a hacer antes de morir. Otra espinita que se quita uno.

Qué a gusto se queda uno cuando cumple uno de sus sueños. Esta vez se trataba de cumplir con una de las fiestas míticas del Tecno y el buen rollo. Para que fuese perfecto debía haber amor. Y vaya si lo hubo...

9 personas, con: Buen Rollo, “colegueo”, ganas de pasárselo bien, ningún problema. Y sin ningún problema, fueron a Berlín a disfrutar de su primera LoveParade. Se celebraba en Berlín la sexta edición de la fiesta del Tecno y del Amor más importante del mundo. Este año se promocionaba con el título: "Love is Back" (El Amor a Vuelto), y se generó una gran expectación, pues se celebraba por primera vez tras dos años de parón por problemas de financiación.

Fuimos mi hermana, mi primo, Alex, Alex “el Malaguita” (Vámonoo…), Tamara y yo, en distintos vuelos y opciones, el viernes 14. En Berlín ya esperaban nuestros amigos de Málaga y Barcelona: Javi, y Mariano. Tras una primera toma de contacto con el Hostal (os lo recomiendo si vais a Berlín: http://www.citystay.de/), nos levantamos a las 12:00 de la mañana y emprendimos el camino a la puerta de Brandemburgo a eso de las 13:30.

Según llegamos, a las 14:00, empezaron a sonar las caravanas del amor. Más de 35 camiones con varios Dj´s, invitados que debían animar al personal, y un equipo de sonido digno de cualquier sala. A los pocos pasos... simplemente, Tiesto. Le acompañamos durante toda la subida a la columna de la victoria, con los ojos empañados de emoción y felicitándonos por estar allí. Nada podía ser mejor. Besos, abrazos, saltos de alegría, banderas con los colores de España que saludaban a banderas Polacas, y Argentinas, y Mejicanas, ..., bailando y haciéndonos fotos para recordar siempre aquel momento.

Nos quedamos en la plaza de la columna de la Victoria hasta el final. Conocimos a Aleman@s, Finlandeses, Mejicanos, Argentinos, Italianos, y un buen puñado de Españoles que veían las banderas de España desde la otra punta de la plaza. Españoles con banderas Catalanas, con niñas con la bandera pintada en la cara, con un innumerable número de personas que sonriendo, bailando, cantando, o gritando (alguno no da para más...), te venían a animar, y a disfrutar la fiesta contigo.

Por la plaza pasaron todas las carrozas en una procesión de Dj´s de todo el mundo y de todos los estilos. Van Dyk, Tiesto, Villalobos,..., y los vimos bien de cerca.

Podíamos sentir el buen rollo y el cielo puso de su parte. Unas nubes claras taparon el sol "lo justo" para poder disfrutar de la fiesta sin sufrir por el calor, el frío o la lluvia. Se estaba de cine.

Hicimos migas con todos y no creo que olvidemos pronto lo que disfrutamos de ello. Teníamos lo que tantas veces habíamos soñado y lo teníamos todo para disfrutarlo.

Que Dios (en cualquiera de sus formas y nombres) y, el destino, bendigan a esta fiesta.

Yo si puedo repito.

The Love is Back: LoveParade 2006 Berlín

Yeyo D boTe, un hombre, una fiesta.

sábado, febrero 25, 2006

Ojos

Ojos que no ven, corazón que ni siente. Y en su frecuente alegría se apareció la magia, para ponerle la guinda que le faltaba. Soñador, y sabedor de que todo cambia, había podido mantenerse al margen de las oportunidades surgidas, porque pensaba que no eran lo que buscaba. Creyendo que todo seguiría igual después de otro año de olas, una sacudida lo despertó del letargo. Vaya si lo despertó. Después del primer bofetón de aire fresco no podría sino dejar que aquel aroma lo condujese sin saber exactamente a donde iría. La borrachera en la que estaba atrapado no le permitía ver el bosque. “Bueno”, pensó, y se dedicó a disfrutar del momento.

Habían pasado no más de dos meses desde de la ultima vez que se vieron. Entre tanto, deseos y elucubraciones habían ido cocinando aquel guiso en el que quedaron atrapados. Aunque tan sólo les parecieron unos minutos, los que les buscaban no pensaban lo mismo. Donde ellos fueron, no pueden encontrarte. Ni siquiera si lo intentas explicar podrían llegar hasta ello. Sólo se llega. No se busca, ni se prepara o se organiza. Simplemente se encuentra, aparece.

Cuando empezaron a sentir los efectos, ya era demasiado tarde de pensar si era la dosis correcta. El reloj marcó el final, pero nada pudo hacerse por medir la intensidad, la cantidad y la calidad. Hacía tanto tiempo que no pasaban por aquello, que todo les parecía nuevo.

Y una vez embriagados por sus efectos se dedicaron a hacer lo que se debe. Disfrutarlo, dejarte llevar y paladearlo como si no lo fueras a tener más. Aunque lo más correcto fuese parar y pensar, ¿quién quiere hacerlo después de tanto tiempo haciendo lo mismo?

Aquello no había hecho más que empezar. Atravesaron con prisa la primera etapa de su viaje. Quizás demasiada teniendo en cuenta que no se conocían. Pero no eran muy distintos y, después del primer descanso, pudieron hablarlo y continuar a un ritmo que era mucho más cómodo para los dos. Intenso, dulce y gratificante, pero sin prisas.

Durante el camino, decidieron que la prisa no sería buena compañera, y que a partir de ese momento no iban a dejar que les atropellara. Sin embargo, decidieron que no iban a relajarse, y que, incluso, realizarían el viaje de manera que uno siempre tirase del otro y no le dejase caer en lo monótono o lo fácil. De esa manera conseguirían mantener un buen ritmo mientras todo fuese tan bueno. Querían que todo fuese perfecto.

Y lo era. El viaje era tan bueno, que decidieron que en cada cruce tomarían un camino distinto, sin seguir un orden establecido o un sistema para salir de aquel bosque. Acordaron no volver a salir de aquel estado mientras se sintieran tan cómodos y siguieran sintiendo aquellas sensaciones, y desearon que aquello durara para siempre.

martes, enero 17, 2006

Nochevieja 2006

Y terminaba un año de olas. Y empezaba uno de buenas nuevas.

Con gente nueva a mi alrededor, con gente que te anima a seguir confiando en que hay fuera hay un montón de gente por conocer. Que merece la pena cambiar de aires sin con ello respiras algo más fresco y más saludable. Y no me refiero a la prohibición del tabaco.

La noche empezó de un modo diferente, muy diferente. Si durante años la tradición había sido un pequeño Bar de Pueblo, la edad, que no perdona, nos pone la cruda realidad de que nos hacemos mayores, nos guste o no, frente a los ojos. Y, sin enterarte, te pone en casa de un amigo que este año pasará la primera nochevieja en casa, acompañando a su mujer, y a su semilla. Sin duda, muy diferente. Pero ni mucho menos peor. Grande, muy grande, el reinventado destroza gargantas japonés, que algunos llaman Karaoke, y que yo pienso llamar a partir de ahora Sing Star.

Después, tras un paseo por casa de Jóse, el gordo, fui a buscar a mi primo y empezó una noche de esas que solo él puede darme. Y creíamos que nos íbamos a quedar en casa!!!. Llamamos a la princesa y fuimos al sitio de siempre, al más famoso, al que repito y repito, y que tiene un lazo muy especial para mis primos y para mí. Y en esas se lió la gorda. Y cuando la princesa tenía que volver, arrancamos la calabaza y la dejamos antes de que el encantamiento llegara a su fin.

Y nos duchamos, y nos pusimos en pijama. Y sonó el teléfono con la llamada que más deseábamos, y que menos esperábamos. Ibiza se cruzaba en nuestras vidas para dar la bienvenida al 2006, porque los más cariñosos del mundo nos pidieron que les acompañásemos a comenzar el año de la mejor manera posible. Y el más grande se lió la manta a la cabeza y empezó el año nuevo. Y creíamos que nos íbamos a quedar en casa!!! (II).

No pusimos en marcha. Tardamos, pero llegamos. Y descubrimos que merece la pena levantar el trasero y no dejar que nada te pare. De haber sabido que me había perdido semejante fiesta, no me lo hubiera podido perdonar jamás.

Ojala pudiera describir todo lo que viví en aquel lugar. Cariño, deseo, alegría, y amistad. Más ancho que largo, aguantando hasta el límite para no provocar daños a terceros, de purito deseo.

Según llegamos, Bridas. Un amigo de esos que te encuentras por la noche y que siempre tiene una sonrisa para ti. Y no habíamos aparcado aun el coche!!.

Más allá, Él y Ella. Él como siempre, Ella como nunca. Él cariñoso, divertido, y con ganas de pasarlo en grande y compartirlo con nosotros. Ella despampanante, atrevida y divertida. Pero más que nunca.

Tan sólo falto la peque, que tuvo de las suyas, pero que estuvo al menos un instante, entre esas llamadas que Él hizo, para que todos pudiéramos disfrutar del momento.

Porque, peque aparte, estaban todos. Desde los amigos de tus amigos hasta compañeros de la mili. Del colegio, del barrio, del pueblo, del trabajo, ¿de donde no? Fue de esas noches en las que te das cuenta de que has labrado un camino de gente que te aprecia de algún modo. Y que no debes ser tan malo cuando la mayoría de las caras que reconoces entre la multitud te saluda, te sonríe, te felicita las fiestas, o te invita a lo que tiene.

Y en autobús y taxi volví a casa con la sensación de haber hecho lo correcto. Haber aprovechado el momento, sin hipotecar el futuro. De haber sabido parar a tiempo, aprovechando hasta el último minuto.

Y así, empezar el año por todo lo grande. Gracias a todos por hacerme pasar una noche especial.